Yo siempre había dibujado de una manera tradicional, es decir, buscando reproducir los objetos que veía a mi alrededor pero en estos últimos años, cuando empecé a tener alumnos, me encontré con el reto de como enseñar a dibujar, lo cual es para mi mucho más complicado. Sin embargo, en mi proceso también de practicar la meditación, leer libros sobre budismo y arte, aparte de realizar otras prácticas para descansar y enfocar la mente, me he dado cuenta que el dibujo puede ser una herramienta valiosa para cualquiera que quiera buscar tranquilidad e incluso para encontrar respuestas. No se requiere ser artista, solo se necesita tener las ganas de llevarlo a cabo y disfrutarlo.
Esto lo he aplicado con algunos alumnos, a partir de cuestionarme como introducirlos a los materiales y a la técnica de dibujo; empecé básicamente con la práctica de la línea y su expresión, entonces buscando más ejercicios sobre lo mismo, comenzamos a experimentar convirtiendo palabras en imágenes y de esta manera descubrimos un nuevo camino hacia la creatividad e incluso a la claridad mental.
Yo se que no he descubierto el hilo negro, pero fue algo que salió en el proceso de dar clases y he visto resultados muy interesantes de personas que básicamente no están en el medio artístico y que los ha motivado a un autodescubrimiento de su propio trabajo, es decir, que no se esperan a trabajar hasta la siguiente clase sino que han llevado este proceso a su vida cotidiana y algunos se han puesto a experimentar ya con color sin tener prejuicio o miedo alguno como normalmente podría ocurrir, por el temor al ERROR.
Este tipo de dibujo invita precisamente a romper con ese paradigma absurdo acerca de que equivocarse es malo, y cambiarlo a que el ERROR también es una herramienta muy útil para descubrir nuevos caminos creativos en cualquier área y no sólo la artística.
La clase de dibujo al que me refiero es a partir de hacer garabatos, el cual es la forma de expresión básica y que la manifestamos cuando somos bebés para el desarrollo psicomotriz, el cual va evolucionando con la edad hasta la adolescencia donde ya la expresión visual va enfocada a plasmar la realidad de acuerdo a la propia percepción del mundo.
Los invito a realizar el siguiente ejercicio:
Con pluma negra punto medio o con un plumín, empiecen a escribir palabras en un papel blanco de manera desordenada (rectas, verticales, horizontales, inclinadas, invertidas etc, pueden ser nombres, emociones… lo que ustedes gusten, intenten escribir tanto con la mano derecha como con la izquierda también para hacer ejercicios cruzados de los dos hemisferios del cerebro.
Una vez que tienen algunas palabras escritas empiecen a unir los puntos entre las palabras y empezarán a crear una telaraña de líneas, conforme vayan avanzando pueden empezar a rellenar espacios ya sea con bloques de color de la misma pluma o bien empezar a rellenar con texturas hechas de líneas: quebradas, puntos, onduladas, cuadrículas, todo lo que se les pueda ocurrir y conforme avancen en el proceso puede que empiecen a descubrir formas conocidas y en este punto es cuando van a tomar la decisión de enfatizar la forma y trabajar con una mayor intención o bien seguir avanzando sin crear algo específico y conocido.
Les agrego a este post fotos de algunas piezas obtenidas por mi cuando empecé a descubrir esta técnica de dibujo.
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